Tras un fatídico suceso, Chalk, un niño albino africano, despierta movido por la suave corriente de un río donde se topa con la embarcación de un misterioso hombre de notable corpulencia que lo saca del agua. Sin mediar palabra, y sumidos en la más penetrante oscuridad, ambos atracan en el embarcadero de una pequeña casa débilmente iluminada. Chalk sigue al desconocido al laberíntico interior de la casita donde columnas de libros altas como torres forman estrechos pasillos. Allí, se encuentra con un rollizo enano y una muchacha en silla de ruedas con aspecto de muñeca a la que el hombre de la barca llama Nora. Ésta, al percatarse de la presencia del chico, se dirige a él diciéndole: "Estás muerto, ¿entiendes? Todos los de aquí abajo lo estamos". Todos nos habremos preguntado alguna vez si existe un mundo alternativo al nuestro después de morir. ¿Un cielo y un infierno como nos han inculcado a la mayoría de nosotros? Eso, por el momento, continúa siendo un enigma. Sin embargo, hay un lugar donde las personas que han fallecido de forma violenta van a parar, el Jardín Subterráneo. Esa violencia condiciona la existencia de todo ser que habita en este extraño emplazamiento, muy vinculado con la realidad de los vivos. Los Rampantes, como suelen llamarse, se caracterizan por acumular un odio desmedido hacia los humanos por los tormentos a los que estuvieron sometidos y aguardan el momento idóneo para llevar a cabo su venganza. Solamente Nora podrá hacer frente a un ejército de millones de Rampantes pero, ¿sabrá sobreponerse a sus propios odios y enfrentarse a los habitantes del Jardín Subterráneo con los que ha convivido durante tantos años?