Nada más que perder.

La hija perfecta, la soñada por todos. La que era el primer lugar en todo. En qué momento de aquella vida tan insípida aquello se había vuelto todo lo que alguien no quisiera? Si todo era perfecto, ¿por qué tenía que venir a arruinarlo todo?

Luna era distante, pero era todo lo que alguien quisiera, aquella rebeldía la caracterizaba. Nada era justo, y nunca algo sería justo. Aquellos ojos que la atrapaban no hacían justicia.

Nathan era lo que la complementaba. ¿Ella estaría muy cegada para pensar que él era quien la complementaba?
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Quiero dedicarle esto a mis compañeras de aventuras, a quienes estuvieron conmigo en los momentos oscuros de mi vida, ustedes saben quiénes son. M, S, R, R, E, A, M.
También quiero agradecer a Natalia por estar conmigo siempre y ser un apoyo incondicional. A Sofía por estar ahí cuando pedí ayuda.
Portada: Sofía Juy Lescano.