_Maldito hijo de puta, ¿qué me vas a hacer?
_Wow, parece que les salió una bocona a tus padres, tranquila muñeca, no te voy a hacer daño, a no ser que me hagas enojar-me guiñó el ojo- solo te mantendré aquí hasta que consiga lo que quiero.
_Escúchame una cosa, imbécil, no sé que quieres, solo se que no te lo voy a dar, más te vale que me sueltes y me lleves devuelta a mí miserable vida si no quieres que cuando salga de aquí, te haga pasar un puto infierno
_JAJAJA me haces reír preciosa, no te pienso liberar y tu nunca vas a escapar de aquí- dijo acercándose lentamente hacía mi, hasta quedar a centimetros de mí cara y apretar mis mejillas con una de sus grandes manos, haciéndome formar una boca de pato- y te conviene que mantengas esa hermosa boquita cerrada si tú no quieres pasar un puto infierno mientras estés conmigo.
Se separó de mí y antes de dejar la habitación, volteó a verme, se rió y dijo:
_Te tengo pequeña...
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.