Mi abuelo siempre decía que lo más hermoso que vió en toda su vida, fue a una mujer en el bosque.
Una mujer cuyo aspecto era majestuoso, con piel tan blanca, que casi se perdía entre la nieve, ojos tan azules, que era sencillo confundirlos con el cielo del día, y con una voz tan hermosa, que era fácil perderse en el laberinto de sus palabras.
Según él, la joven, era algo mágico de apreciar, pues su cabello, blanco cómo los pétalos de una rosa, tenía sobresaliendo, unos cuernos de ciervo adornados con flores color dorado, hojas del mismo color, y algunos adornos colgantes sacados de la naturaleza.
En sus manos llevaba un hermoso violín adornado con enredaderas verdes llenas de vida, con el cual, tocaba melodías tan bellas, que según él, era la manera más única de comunicarse.
Decía, que con tan solo mirarla a los ojos podías saber que era lo mejor que la existencia te estaba regalando.
Decía que ella vivía en un bosque que no cualquier ser humano puede hallar, solo un elegido por Arisell, la gran soberana eterna.
Mi abuelo siempre decía....
Siempre decía, porque ahora no está.
Y lo que decía, tan solo se volvieron cuentos de hadas.