LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA WHITTEMORE.
El caos de Elisa
Todos parecían saber quién era Elisa Whittemore, porque bueno, ella era la perfecta doctora que se graduó con honores en una de las mejores universidades del mundo, además de ser la primogénita del pintor famoso Jackson Whittemore y Eleonor Miranda.
Todos, excepto ella misma y Nikolai Schwartz. Nikolai, que tal vez no prestaba mucha atención a los chismes de la prensa amarilla, porque tenía un GRAN, sí, con todo y mayúsculas, problema, y Elisa, que ni siquiera se conocía a ella misma y creía que era lo que siempre le había mostrado a sus padres: sumisa, inteligente, recta y frívola, pero un día, agobiada por una de sus amigas, por fin asistió a una fiesta.
¡Diablos! Casi veintiséis años y jamás había ido a una fiesta, pero fue, cediendo por la insistencia de sus amigas (que conoció en el hospital porque eran sus colegas, no porque fuera extremadamente social e hiciera amigas por doquier), que la deja en un sitio ruidoso, lleno de personas bailando, brincando, grabándose y besándose entre sí y, Nikolai, el elocuente y ruidoso lleno de tatuajes también termina en el mismo lugar, solo que él fue por voluntad propia, no como Elisa.
Y se conocieron. Tal vez no de la mejor forma posible, pero sucedió y no se podía hacer nada contra eso.
Un beso, una noche llena de locuras, sustancias ilícitas que revuelven el estómago y tienen un mal final, es él comiendo de una larga y dramática historia.
Que se complicará de verdad cuando llega la aparición de un elemento que no estaba previsto en ningún momento: el amor.
Pero hay cosas de las que es imposible escapar.
Y esa es una de esas cosas, así que lo único que queda es luchar contra una noche alocada, vómitos incontrolables, pañales sucios, una familia entrometida y llantos de bebé, y lo único que queda es esperar qué es lo que reparara el destino y saber si es cierto eso de que dos polos opuestos se atraen.All Rights Reserved