Nuestro azulado héroe, Sonic, está a punto de casarse con su prometida Amy Rose; ambos se encuentran tomados de las manos dándose palabras de afecto a medida que pasan las horas. Una bella y conmovedora escena para cualquiera ¿Verdad? pues no, unos ojos brillantes de color rojizo aborrecen el momento. Estos atraviezan la habitación; caen con melancolia y cariño sobre el cobalto, llevando al pobre azabache a una marea de recuerdos sobre él y aquel erizo que una vez llegó a llamar "morita".