Tiempo atrás, en una tierra recorrida por toda clase de criaturas. Existían reyes hambrientos de poder, bajo sus órdenes ya hacían nobles casas consagradas a brindarles nobles caballeros dispuestos a servirles hasta la muerte, y bajo ellos un pueblo asfixiado en corrupción, más, un cuarto grupo existía, seres de aspecto humano sin ser considerados como tales llamados semihumanos. Un reino hipócrita manchado por la sangre, una familia real despreocupada opresora, un caballero atrapado entre su deber y sus ideales, y un semihumano. Voluntad divina dio forma al mundo designando el rol de cada ser, habiendo concedido longevidad se vieron obligados a limitarla al perder su poder sobre los mismos seres que crearon. Reyes fueron concebidos para dirigir los reinos, pero tras perder el favor del cielo fueron convertidos en simples mortales hambrientos por poder. Caballeros nacieron para servir a sus gobernantes y proteger al pueblo que les brinda su confianza. Clases sociales fueron creadas para cada ser poder diferenciarse entre sí. Monarcas de ascendencia divina plagaron de maldad el mundo, ignoraron a su pueblo sumiéndolo en la miseria y dieron caza a aquellos semihumanos considerándolos un pecado del mundo. 400 años fueron requeridos para implantar el deseo por un cambio en un alma que pueda hacer frente a su propio mundo y traer consigo un nuevo reinado lleno de luz.