-Mírame a los ojos y dime que no me odias por esto -ella no respondió-. Eso pensé -se alejó de ella, para dirigirse a la puerta de la habitación. -¿A dónde vas? -No puedes estar cerca de mí, solo te hago daño. No puedo seguir siendo tu daddy. -No... -le rogó con un hilo de voz. Él negó con la cabeza. -Por favor no lo hagas más difícil- se marchó, no podía verla a los ojos sin sentirse culpable. Ella soltó un llanto desgarrador. ☞︎Historia 100% mía. No acepto copias ni adaptaciones.
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