Escucho voces, y muchas. Pero a diferencia de las clásicas voces malvadas que escucha la gente loca, yo escucho palabras de aliento. Claro, yo también soy un loco por escucharlas, pero un loco feliz. Por mucho que se esfuercen las voces, mi vida va de mal en peor. Mi apartamento está destruido, mi trabajo es una mierda y estoy en bancarrota. Aunque creo que esas voces no son lo que parecen...