Lo veía frente a mí, estaba parado al lado de la puerta, mirándome con una expresión indiferente, pero que sus ojos mostraban toda la rabia hacía a mí, culpándome y tratando de decir lo mal que estaba. No sé qué me sucedió, él estaba en lo correcto, los sentimientos que me invadían era la culpa y la tristeza, verlo parado ahí, solo hacía que recordara todo lo que en esa fecha sucedió y la razón del por qué me encuentro aquí... en el manicomio.