Los ciruelos en flor estaban floreciendo, hermosas flores me deleitaron con su belleza, su suave fragancia era transportada por la brisa del viento. El color de sus pétalos eran blancuzcos y en el centro de ellos un leve toque de rosa lo decoraba, algunos pétalos se dejaron llevar por el viento, eran como copos de nieve cayendo desde el cielo. Al caer coloreaban el recién cortado césped, el aroma de este con el de las flores, lograban calmar a mi agitado corazón. Una lágrima solitaria escapo de mi ojo izquierdo, mi garganta ardía, y el hormigueo en mi mejilla seguía presente. Tome una gran bocanada de aire y lentamente lo fui soltando, tenía que calmarme, tenía que fortalecerme, ya no estaba sola, ya no. Había tomado una decisión, mi corazón tembló de miedo cuando vi en su mirada el brillo de la ira. Pero ella también logró ver la determinación en la mía. "Lo are por él, lo are por mi. Por nosotros, solo nosotros."