Mis días son así, despertar, soportar a mis tontos hermanos y volver a dormir. Una rutina bastante aburrida, en mi punto de vista. Ir a esta universidad me da la posibilidad de poder tener una vida distinta, sin estar en los cuidados de mis hermanos, que por cierto son cinco. Y el de mi padre que casi nunca lo veo. Todo parece ir bien, llegar a una ciudad distinta, aire nuevo, personas nuevas, vida nueva. O eso es lo que creía hasta que me entero quienes son mis compañeros de fraternidad. Tengo dos opciones fingir ser un chico para no perder mi beca o regresar a mi absurda y patética vida de hermana menor. No es nada complicado actuar como un chico, sino si seré capaz de vivir con ellos. ---- Nominado a #premiosgirasol No se permite copia, es una idea originaria, cualquier cosa parecida a la realidad es coincidencia. Solo disfruto de escribir y saber que les encanta.