Sí, es una historia de amor, no se si sonará cliché, pero el destino les entrelazó de la forma más fortuita posible. Ella tocaba el piano. El tocaba la batería. ¿Lo elegante y primoroso oponiéndose a la locura y el desenfreno? ¿Que les une? La música. Bienvenidos a la extravagante historia de amor, y quizás típica, de la señorita Brooke Orwel, y el señor Ashton Irwin.Todos los derechos reservados