El oficial Francis Bonnefoy atrapó a un delincuente que iba a exceso de velocidad con su motocicleta, así que se lo lleva a la comisaría para darle una justa sanción. Sin embargo, en el camino Bonnefoy va descubriendo que este hombre, Arthur Kirkland, puede ser la respuesta a sus plegarias; un chico rebelde que le haga saciar sus más profundos deseos sexuales porque, después de todo, Francis se volvió policía para ocuparse de sujetos como Arthur.