Este se preparó con un dardo tranquilizante y cuando creía que venía una gran águila, se quedó perplejo ante lo que estaba ante sus ojos era algo tan irreal. Vio unas alas de un color rojizo como el fuego con destellos amarillos, pero lo más impresionante de ello no eran esas bellas alas, la portadora de aquellas alas era una chica.