Ophelia sabía como salvar una vida, pero nunca sabría cuando utilizar su conocimiento. Un día, se ve obligada a resucitar un cuerpo inerte, en la espera de la ambulancia. "¡Maldita sea!" Pensó Ophelia, ella podría revivir a 5 bebés innecesariamente, en la demora de los condenados médicos. Una clase de educación física. Un juego estúpido. Adolescentes hormonales sin conocimiento alguno sobre primeros auxilios. Una canción infantil. Y las ganas de agradecer. Oh cariño, eso claramente podría forjar a más de una conversación, y más aún cuando hablamos -o escribimos- sobre el parlanchín de la clase, o mejor conocido como Aurel Collins. La pequeña -de estatura- y para nada dulce Ophelia, nunca llegó a pensar que "su buena acción del día" terminaría en una amistad... o incluso algo más. ¿Podría Gus indagar en aquel interesante y sarcástico corazón? ¿Podría saber la verdad sobre esa "futura doctora"? Y lo más importante. ¿Podría Ophelia Hamilton dejarlo entrar?