"En ese momento sintieron una gran mezcla de distintas emociones, rabia, miedo, tristeza... ¿amor? probablemente, pero sobretodo lideraba el alivio. La distancia entre ellos era prácticamente nula pero hicieron el esfuerzo para separarse. Mirándose profundamente a los ojos se quedaron en silencio, no uno incómodo, uno cálido y abrazador pues estaban donde siempre quisieron estar. Entonces dijeron: "Mierda, somos gays". Y soltaron unas risas que llenaron el cuarto de dulzura..."