Tropecé con el destino. Fue bueno y malo. Te conocí, fue hermoso créeme. Lo malo fue que me aferré a lo que yo mismo destruiré. ¿Irónico no? Así es el destino, un completo enredo. Después de todo era algo que pasaría, estaba escrito, por lo tanto, tengo que afrontarlo, es mi destino.
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Yoongi empieza a soñar con un chico de cabellera castaña cada noche. Sueños llenos de misterio y paz, de alguna manera su aburrida realidad se esfuma en ese mundo ficticio. Ese muchacho con apariencia de ángel hace que su curiosidad despierte, ¿Sería en serio algo de su imaginación? ¿Sería posible amar a alguien que no existe?
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero