A ambos les correspondÃa tener la mansión Albrecht por testamento.
Y estaba completamente claro que se odiaban, y aprovecharÃan cada oportunidad que tenÃan para hacer que el otro renuncie y asà poder quedarse con la mansión completa.
¿Podrán soportarse viviendo juntos al menos hasta que uno de los dos ceda su parte?
¿Aún asà después de... jugar sucio?
- ¿Por que le dijiste a Molly que tú y yo somos novios? -Me interrogó molesto- La hija de puta me golpeó en las pelotas y me ha mandado al diablo.
- ¿Yo? -Pregunté con expresión inocente- ¿No te cansas de echarme la culpa siempre?
- ¡Estás jugando sucio! -Exclamó enojado- ¿Pero te digo algo? No me quedaré atrás. -Sonrió triunfante- Y yo nunca pierdo.
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- ¡Déjame entrar! -Grité por milésima vez- ¡También es mi casa!
- Si asà lo fuera, ¿Qué haces ahà afuera? -Se burló.
- ¡Tú me dejaste afuera, grandisimo imbécil! -Golpeé más la puerta- ¡Hey!
- ¿Puedes hacer menos ruido? Intento mirar una pelÃcula. -Dijo al otro lado de la puerta como si nada.
- ¡Está bien! ¿Quieres jugar? ¡Juguemos!
"Esta es mi mansión" -Dijimos ambos al unisono, lo que provocó que nos volteáramos a ver con miradas llenas de odio.All Rights Reserved