-Me encanta. -Fue toda su respuesta, lame sus labios con deseo y vuelve a guardar su teléfono- me pregunto cuánto puedo tardar en quitarte lo arrogante. -No creo que lo logres. -¿Eso es un reto? -inquiere alzando una ceja-, amo lo retos, preciosa. Ya verás de lo que soy capaz.