Sus ojos solamente estaban en su mejor amigo, su primer amor, era su zona segura. Pero poco a poco su atención se sentó en él, sus ojos, sus labios, su actitud, hizo que Toni se quede locamente atraída por él. Gracias a él, lentamente los recuerdos de su infancia, llena de maltratos y abusos, se fueron perdiendo.
El la odiaba, realmente lo hacía, ella le hacía experimentar sentimientos que nunca antes imaginó percibir. El era el demonio más temido de la academia, aunque no era de la alta jerarquía, su apariencia y su arrogancia llamada altamente la atención. El debía mantener una imagen fuerte, sin sentimientos ni debilidades, pero ella era su distracción.
Y Sebástian, el tiene un pasado oscuro. Raramente duerme, todas las noches esas escenas de violencia recorrían su mente, reviviendo esos sentimientos, esas lágrimas, esas palabras. Toni era su cura a esos malos recuerdos, su única luz. Pero ¿y su verdadero amor?, su vida... se fue al igual que todos.
Beliel solo estaba para ella, y Toni para él.
Y Sebástian para Nao, y nadie para él.
(Mezclo muchos tipos de mitologías, en ese entonces no sabía la gravedad, pero me da flojera adaptarlo)
Sobrevivió a la muerte pero el verdadero peligro acaba de comenzar.
Todos en el reino enemigo deseaban verla muerta, su desaparición significaba el fin de una era... o eso creían.
En lugar de morir, fue enviada al distrito de jinetes, un lugar donde el peligro acecha en cada rincón, y donde su verdadera identidad debe permanecer oculta a toda costa.
Pero no está sola.
Entre traiciones, criaturas indomables y un destino que se cierne sobre ella se encuentra Rigel Heisenbergs: el jinete más letal del distrito.
Su misión es protegerla, pero su mayor deseo es verla destruida.
Cada mirada entre ellos es una batalla silenciosa. y cada paso que da la acerca más a una guerra que podría consumirlo todo.
Un beso, una profecía y una traición que cambiará el curso de la historia.