Tener la creencia ciega de que el amor nos lleva siempre a la felicidad, nos llevará al desastre. Arturo comprendió esto demasiado tarde, y Susana, para su mala suerte, tendrá que acaparar todo ese odio. «Somos simples almas que vagan por el mundo creyendo que nos querrán sin importar qué. Tan absurdo como divertido».