Cuando Mía se licencia en Historia del Arte decide seguir su gran ambición y marcharse a Florencia durante un año, para vivir y trabajar en lo que le apasiona, en la cuna del renacimiento. Como recién llegada, se encuentra sola, sin trabajo y a más de mil quilómetros de su familia y amigos. O eso creía ella, antes de conocer a un grupo de personas que la hacen sentirse una más libre, y enseñándole a vivir la ciudad de la mejor manera. Aunque tal vez no sea tan buena si tienes una pareja a la que ya no puedes ver, y que te reclama des del otro lado del Mediterráneo.