Ella sabia que no tenia alternativa, simplemente dejo que las arenas del desierto hiciera con ella lo que quisiera y es allí cuando no pensó que se enamoraría de él. Ella no lucho contra el destino, que tenia por perder si ya desde años sabia que el amor de su vida jamas seria suyo. La única persona que la había desequilibrado estaba casado ni mas ni menos que con su gemela. Amira sabia que tendría que cumplir un papel mucho mas grande que el de una esposa común y normal, sabia que tendría que entregarse en cuerpo y alma a el Emir Selim Rafip Salman al gala, su esposo.