Hola, Naruto. Creo que estas... Escuchar esa voz por primera vez me detuvo en seco. De camino a casa desde la escuela. En el campo de juego de nuestra secundaria, y en la librería frente a la estación. y luego en el lote vació donde dormía el gato blanco. Hinata Hyuga, la chica extraña que de alguna manera sabia todo sobre mi, siempre se acercaba a mi de esa manera. Nos reímos, lloramos, nos enojamos, nos tomamos de las manos. Una y otra vez, repintemos esos recuerdos desaparecidos y promesas efímeras. Por eso nunca lo supe. Nunca supe el valor de las sonrisas de Hinata o el significado de sus lagrimas. Ni siquiera el sentimiento singular detrás de sus muchos ¨Encarada de conocerte¨. Esta es una historia cautivadora y desgarradora de reuniones y despedidas.