Cuando un deprimido Harry vuelve a acabar en el hospital tras un accidente, según él, no provocado, los médicos ya no saben que hacer. Pero entonces el joven psicólogo Louis Tomlinson decide hacerse cargo del caso Styles, probando unos nuevos fármacos antidepresivos con él, pero lo que Louis no se esperó fueron los efectos secundarios que afectaban a Harry cada noche. O peor aún, el efecto que el mismo Harry causaría en él de forma tan atrayente logrando desmontarlo por completo.