Tom el camaleón gobernador de Ambiciolandia, para llegar al cargo se inventó una invasión de inmigrantes a quienes criminalizó manifestando que perjudicaban al reino.
No contento con eso tergiversó los hechos y, durante el discurso de posesión transmitido a todos los rincones de la selva, prometió la construcción de un muro en la frontera con Sumisolandia.
El muro que aspiraba hacer Tom se había constituido en un símbolo de racismo y odio en contra de los animales que intentaban ingresar buscando mejores condiciones de vida.
La gran mayoría de los pobladores de la selva consideraba inútil la construcción de dicho muro porque sabían que no solucionaba los problemas del reino.
A medida que se construían tramos de muro los inmigrantes indocumentados se desplazaban a áreas donde no había barreras fronterizas para ingresar, como los desiertos y espacios abiertos a lo largo de los ríos que separaban los dos reinos exponiendo sus vidas.
Otros entraban legalmente por aire o por tierra con papeles en regla, pero una vez en Ambiociolandia, prolongaban su estadía más allá del periodo autorizado, quedándose a hurtadillas.