Llegaron demasiado lejos como para fingir que no, que no echaban de menos el lugar en el que comenzaron.
Mirando hacia atrás, ven un sol poniéndose, y ven sus sombras desvaneciendose en el suelo, quedan parados sobre el filo,
preguntándose cómo habían llegado tan lejos.
Los habían dejado solos, eran los niños en la oscuridad, para quemarse para siempre o para encender una chispa. Venían todos juntos, de última generación, nunca se rindieron. Así que solo dejaban que el mundo hablara.
«-Qué lástima.»
«-Preciosas cicatrices sobre venas esenciales.»
Ahí estaban, en la cima del mundo, en una colina que está silenciosamente desmoronándose, habia pasado un tiempo desde que se vistieron para entrar a matar, la matanza que los hizo crecer. Miraban hacia arriba, veían los meteoritos, y veían su fuego arder sobre el suelo, y cada uno quedaba parado sobre el filo, preguntándose por qué caían con tanta fuerza.