Todo inicia en algo vago, incluso inmoral en ocasiones, pero ¿Al demonio le ha de importar? Aun bajo el efecto de la seducción no había hombre que a ella no se le resistiera. Una mujer de cabellos negros y ojos violeta que a cualquiera se le hacían las más perfectas joyas para admirar. Ángeles y demonios quedaban cautivados, incitando a pecar con alguien que provenía de lo más efímero de la oscuridad. No fue hasta esa noche que aquel hombre fornido, cayó en las redes de la perdición y el abismo tentado por el deseo de la lujuria. Tener aquella mujer entre su piernas, era el deseo abismal que le hizo perder toda cordura e incluso la vida. Aquel hecho, no había sido más que una noche más, un goce que a la mañana olvidaría, pero ¿Realmente había quedado en el olvido? Ábrahel se había enamorado de aquel varón de ojos negros y profunda mirada que la hacía estremecer. Su aventura no perduró y duró un par de meses, antes de que él se marchará sin saber que ella esperaba un hijo, siendo así, únicamente el único recuerdo vivaz en su memoria que día a día recreaba cada que miraba a su pequeña demonio de nombre Eurielle.All Rights Reserved
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