Antes de comenzar a leer ¿Crees en el amor a primera vista? Yo sí, por eso escribí esta historia. Lo que la hace especial es que abordo los puntos de vista de ambos protagonistas, acompañado de una banda sonora que mezclo de una manera única y muy original. Con álgidos momentos de pasión entre ambos, que te quitarán el aliento.
¿Qué podría hacer un actor británico famoso, cuya carrera va en ascenso, guapo ,rico, joven y totalmente fuera de su alcance, con una chica inglesa común y corriente, huérfana, a cargo de sus hermanos pequeños, con dos empleos para poder mantenerlos y un sueño inconcluso de ser pintora?
Aparentemente no tienen nada en común, excepto un sentimiento de Amor a Primera Vista que los azotará inevitablemente. A través de la historia, que se desarrolla en Londres, y que se va tejiendo con canciones, mentiras, intrigas, dolor, valentía, autodescubrimiento y mucha pasión, todos podremos aprender que a veces los opuestos, más opuestos se atraen y que solo el amor con su milagro puede transformar de manera positiva lo simple en algo totalmente extraordinario.
Las canciones puedes encontrarlas en mi lista de Spotify : Ben Hardy Love Story The Ultimate Playlist.
**Espero que les guste mi historia dedicada a Ben Hardy. Y a todas sus fans, me disculpo por los errores y quisiera que sepan que soy una escritora autodidacta y esta ha sido mi terapia para sanar mi depresión**
* Fanfic inspirada en Ben Hardy.
*Prohibida su adaptación, reproducción, copia o similares.
-¿Quién es mi Omega? -gruñó Harry, su voz grave, ronca, con un filo de amenaza en cada palabra.
Draco no respondió de inmediato, su orgullo luchando contra su cuerpo.
Entonces un dedo lo rozó justo ahí, provocándole un espasmo que lo dejó sin aire. El Omega gimió, desarmado, empapado, rendido.
-Te hice una pregunta -volvió a gruñir Harry, esta vez más cerca de su oído-. Sé sumiso... sé mío.
Draco lo miró con los ojos empañados, temblando, resistiéndose... pero sus caderas ya se movían buscando más.
-Tú... tú eres mi Alfa -susurró por fin, derrotado en el único lugar que aún se negaba a rendirse: su voluntad.
-Dilo bien -le exigió Harry, mientras con una caricia lenta y tortuosa lo volvía a hacer gemir.
Draco chilló bajito, su cuerpo perdiendo el control.
-¡Soy tu Omega! -gritó, aferrándose al cuello de Harry, arañando su espalda-¡Tuyo, solo tuyo!-
Harry lo gruñó entonces, satisfecho, su alfa rugiendo de placer por oír lo que tanto ansiaba.
-Eso está mejor -dijo con una sonrisa oscura-Ahora sé un buen Omega... y quédate exactamente así.
La verdadera tortura apenas comenzaba.
Y Draco lo adoraba.