El Príncipe de Milán

Avril es un pequeño, algo moreno y escuálido ex-esclavo que mendiga en las calles de la Milán de 1445, su espíritu, aún viril y mítico a pesar de todas las penurias, poco a poco se irá marchitando mientras ve como la ciudad que lo cobija se va convirtiendo en viva imagen de él mismo. El pobre Avril muy pronto no estará nunca más sólo, pues a su lado, como si de hermanos enganchados por grilletes se tratase, se sumarán las almas en pena testigos y víctimas de la crisis. Avril descubrirá lo dura que puede ser la vida de un mendigo en las calles de Milán, y lo más dura que puede ser la guerra, bien vestida por las falsas repúblicas, las monarquías bañadas en despotismo y la hambruna que las acompañan. Avril tendrá ocasión para conocer a Francisco Sforza, quién fuera, por mano de hierro y espada ensangrentada, el Duque de Milán. Sirve en sus fuerzas como un mercenario más, es aquí dónde el pobre esclavo sureño conocerá el verdadero infierno en la tierra.