Adaptación. -¡Calidad certificada, belleza exorbitante, y virgen queridos compradores! La puja comienza ahora, con un extranjero de veinte años; la exclusiva pieza del día de hoy. -¡Cien mil dólares!- gritan con alevosía desde el estrado -¡Medio millón!- ofrecen de manera repulsiva, y degradante. -¿Quién da más caballeros?- se hace silencio-. Vendido a la una, a las dos y... -Diez millones- interrumpen con una frialdad escalofriante-. Quiero al extranjero por diez millones de dólares en efectivo y de inmediato. Me han drogado y mis sentidos poco espabilados ya no colaboran conmigo, sin embargo la voz gruesa, determinada y vibrante me eriza la piel, aumentando mis ganas de llorar. Quiero escapar, pero sé que es una pésima idea. Sólo resta resistir... Es mi única opción.