Andria poseía un corazón destrozado y un orgullo rasgado que no se podían evitar así de simple, ni siquiera con la mayor de las hipocresías que uno poseía. Lastimosamente nadie le enseñó los distintos gustos y sabores de ese sentimiento y, por muy desagradable que sonara, ella probó del más mortífero que existía. ||Historia participante en el Concurso de San Valentín 2020 para el perfil de @RomanceES y/o @AmbassadorsES