Por aburrimiento, Mikan hace una llamada de broma a un número que voltea su vida como un panqueque. "No, espera ... no puedes ... ¡No puedo casarme contigo!" Mikan espetó mientras miraba incrédulo al hombre frente a ella que lucía una sonrisa malévola. Él continuó manteniendo un firme control sobre sus manos, "Oh, pero querida, debiste haber pensado antes de esa llamada de broma"