Ella, una joven apasionada que siempre ha tenido las ideas claras mientras que el, ha vivido siempre sumido en el olvido, ambos con historias diferentes donde quedan unidas a través del rencor y la desesperación.
-Me gustas...- Se acercó lentamente -No sabes lo que dices- retrocedió -Por supuesto que lo sé, usted también me desea profesora- recortó una vez más la distancia.
-Al carajo- La profesora la besó. Aún cerca de sus labios susurro -Has influenciado a que llegue al pecado...-