Veo cómo uno de mis hombres le propina otro golpe y de su boca sale un líquido rojizo. Me pongo en pie de mi pequeño sofá y camino hacia donde se encuentra esa persona arrodillada en el piso. Mis zapatos suenan en cada paso que doy. Camino hasta estar frente a frente de ella, tiene la mirada baja, flexión o un poco las rodillas para quedar a su altura, tomó su barbilla y la elevó para que me vea. -Hola, me recuerdas? -le preguntó con una sonrisa hipócrita y veo cómo hace un intento de abrir los ojos y al hacerlo expresa lentamente y temblorosa... - Nala... -Cuando pronunció ese nombre no pude Contenerme y empecé a golpearla mientras todos los recuerdos venían de golpe... ¿cuantas veces te tengo que decir que me llamo Naiah?- los recuerdos me golpeaban, las lágrimas salían, el dolor brotaba otra vez y un disparo sale de mi arma...