El se fue y no volvió dejándola sola. Ella se hizo mecánica de autos y siguió con su vida. El es todo un profesional. Trabaja en la bolsa y es inversionista. Ella lo odia por haberse ido pero el aún la recuerda. -!Te odio! -gritó ella. -No, no me odias, admítelo-afirmó el. -Jamás te perdonaré el que te hayas ido sin despedirte.-dicho esto salió corriendo como sin ello se le fuera la vida.