Cada vez que Mista lo veía entrar en alguna habitación; con aquél cabello dorado rozando sus hombros y vibrantes ojos azules, creía estar en presencia de algo más que sólo un ser humano. Por lo que, cuando Guido descubrió que aquél joven gangster temido y respetado por la sociedad no era más que otro adolescente solitario, no pudo evitar sentir como su corazón escapaba de su pecho.All Rights Reserved
1 part