A menudo desde que se enteró de la verdad se encontraba con la misma pregunta en su cabeza. Sentado en aquella diminuta habitación en la biblioteca, con su mirada en aquella pintura de girasoles que no tenía firma, pero sabía quién era el autor; (t/n) Criss. Y cada vez que lo miraba desde que supo una lagrima se deslizaba por su mejilla: ¿Realmente en un punto pudiste alcanzar la felicidad girasol, alcanzaste la felicidad antes de ser derribada? Y lloraría, e incluso golpearía el escritorio; Todo este tiempo estabas destinada a decirme adiós.All Rights Reserved