Assa y Annie habrían querido desear que yo no existiera. No solo ellos, sino cada ser humano en el planeta también desearía lo mismo. Algunas personas me odian, otras me alaban, e incluso la mayoría me teme. Temen que yo esté cerca o quizá que los visite. Assa y Annie me odiaban, pero no me temían. Eso hizo que me interesara por ellos. Su falta de miedo hacia mí ejercía fuerza y voluntad, además de odio. Su tristeza y sufrir a su pérdida se transformó en algo a lo que no tenían miedo: a morir.All Rights Reserved
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