Eiji siempre había soñado con ver el cielo. Tan celeste como lo describían los libros. Eiji quería ver el día y la noche. Quería poder disfrutar de un amenecer, atardecer y anochecer. Quería tanto. Quería las estrellas, la luna y el sol. Respirar algo más que humedad, sentir la calidez del verano sobre su piel y hundir sus dedos en la nieve de una mañana de diciembre, hasta enrojecerlos. Pero en el encierro en que lo mantenían no existía más que oscuridad. Así que solo le quedaba creer en las páginas que le prometían todo un mundo exterior magnífico. A Eiji solo le quedaba vivir soñando y queriendo. Estado: reescribiéndose |Créditos al fanart de la portada a @KoyasuYasuko12 en Twitter|