Una vez leí en un libro que la protagonista se preguntaba si en medio de la guerra podía surgir el amor; si el amor era la verdadera revolución. Y yo creo que de la guerra sí puede surgir el amor, porque la guerra básicamente se produce a base de amor: piénsenlo, si no fuese porque una persona que representa una comunidad tenía una idea de ganar algo de otro y no la hubiese amado como para llevarla a cabo, la guerra no se hubiese provocado. Surge gracias a una persona que tenía una idea y la amó. Y la guerra no es ella sin soldados, quienes están ahí por amor a su patria o para defender a sus personas queridas. Así que yo creo que de la guerra sí puede surgir amor, porque la verdadera revolución surge del amor. Algunos se preguntará por qué de algo supuestamente lindo sale algo tan feo, y la respuesta es simple: A veces las ideas no son buenas pero las personas piensan que lo son porque las aman, y otras veces piensan que son buenas y por eso las aman. Así como vendría a ser amar a alguien: a veces pensamos que son buenos y eso nos lleva a amarlos, otras veces nos demuestran que son malos pero ya los amamos entonces eso nos ciega. Yo, lamentablemente, tengo mucha experiencia en eso. No en guerra por supuesto, pero sí en enamorarme de la persona equivocada. Mi nombre es Dayanara Ryder. Tenía quince años de edad para ese entonces, nací y crecí en Shoreline. Mi vida fue muy tranquila, más de lo que me gustaba, pero no me di cuenta de lo mucho que extrañaba esa tranquilidad hasta que la perdí. Se preguntarán ¿Cómo la perdió? Viendo algo que no debí haber visto una noche de lluvia. Y si tú estás leyendo esto probablemente yo esté muerta.
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