No se debe afirmar sentimientos propios, la vida gira en torno a un juego de adivinar lo que la otra persona siente. En esta ciudad, siempre que alguien se refiera a sus propios sentimientos con frases como "querer" u "odiar" es llevado a reclusión en apartamentos a las afueras de la ciudad durante períodos de tiempo en función de la intensidad del sentimiento mencionado o de la reivindicación de este. Sin embargo, esto no se aplica para hablar de sentimientos ajenos, como "me quieres" o "te gusta". Y tampoco se prohíbe la expresión no verbal de emociones.