Alex y Lía soñaban con ellos sin siquiera conocerse, estaban enamorados sin siquiera saber sus nombres, sin saber que existían y que la vida los pondría frente a frente.
Alex y Cristina se conocen desde antes de nacer, desde que sus madres planearon sus embarazos, hasta nacer el mismo día, cuando eran pequeñas todo era perfecto, hasta que un accidente cambio sus vidas para siempre, ahora depende de ellas encontrar su camino nuevamente, desde su adolescencia hasta su adultez, un camino que siempre fue su destino.