Su hermano me había traicionado, y sabía que a él también le hizo la misma jugada hace años. Por eso le propuse un trato, si me ayudaba económicamente lograría vengarme por ambos. Guardó silencio por varios minutos mientras analizaba mi rostro, me mantenía neutral, sin expresiones pero con la mirada fija en la de él. -Está bien. Acepto ayudarte a vengarte de mi hermanito... En ese momento, me mostró su verdadera cara, y sobre todo, la satisfacción en sus ojos.