Sudaba y sudaba, sus latidos acelerados al igual que sus pasos, el ardor en los pies le hacía soltar suspiros de dolor, solo deseaba volver hacia atrás, a hace unos meses cuando podía pisar un suelo que no le rompiera la planta de los pies. Saliendo de sus pensamientos se encontró con su realidad, estaba corriendo sin rumbo, sin saber cuándo debía parar, solo necesitaba que fuera lejos. El dolor y el cansancio le hacía ignorar las miradas repugnantes de las personas, las miradas de asco por su mal aspecto y los gritos hacia él al correr sin fijarse por dónde caminaba.
Llegó hasta donde pensó que era seguro, pero...¿Seguro de qué? Nadie lo perseguía, nadie lo buscaba, no corría peligro alguno. Escapaba de la soledad, de el no saber qué hacer, escapaba del miedo y de su realidad, solo quería regresar.
Escuchó una voz... En medio de su tormento encontró una ayuda, una opción, una oportunidad tal vez de amar, de ser feliz, tal vez de lograr lo que siempre quiso.
Él es el único peligro presente cuando está cerca .
Ella es su tentación.
Él es un indiscutible error .
El señor de la oscuridad en Nueva York , el único que puede mostrarte que es el temor con tan solo una mirada .
Nadie nunca a logrado domar su corazón tan negro como la misma noche , él no tiene ningún tipo de remordimiento por nadie , no le importa nadie con tal de seguir en el poder .
Hasta que llega ella .
Que lo hace cambiar no tan solo de idea sino que lo hace mirar más allá de la lujuria .
Inicio de publicación 29_9_2024