Basta de violencia

Carolina y Luis son pololos durante la universidad, pero la personalidad tóxica de él hace que Carolina termine definitivamente la relación. Ella acaba la carrera de Derecho cinco años después y se convierte en la mejor abogada de Punta Arenas. Tiene una buena vida, una buena casa y un futuro exitoso, pero todo lo que ella ha construido se complica cuando un conocido de su antiguo pololo la secuestra y la viola por horas. Diez años después de lo que le pasó, Carolina se recupera y empieza a trabajar como jueza en el juzgado de la ciudad. Su primer caso es muy parecido al que ella vivió años atrás. El imputado se llama Luis Cortés, tiene un largo historial judicial de violencia intrafamiliar, de violación y demandas por pensión alimenticia. Pero ahora ella es la que lleva el control del caso y tendrá que decidir si lo mejor es darle la cadena perpetua al pololo que le quitó lo más sagrado de su vida.