Antes vivía en el centro de Hamilton con mis padres, hasta que murieron hace dos años. ¿Qué pasó? Un tren se descarriló. Así es como te das cuenta de lo cruel que es la vida. Después del accidente me mudé con mis abuelos, que viven concretamente en la calle Cottingham Crescent en Ancaster, un barrio de las afueras de la ciudad. Ahora tengo que coger el bus cada día para ir al instituto, ahí coinciden nuestras miradas.