11 Partes Continúa Contenido adultoLas reglas existen para dar orden, para marcar el camino de lo que se debe y no se debe hacer, son límites trazados por quienes tienen el poder de escribirlas, impuestas con la certeza de que seguirlas significa control y romperlas, caos, pero hay algo que nunca dicen...
Las reglas cambian, se doblan, se reescriben, se olvidan cuando dejan de ser convenientes. y mientras el mundo las moldea a su antojo, hay algo que nunca se puede alterar: lo que somos.
El instinto, la razón, la emoción y la necesidad, se nos enseña que son opuestos, que deben estar en conflicto, que uno debe ceder ante el otro, pero la naturaleza rara vez se equivoca al equilibrar lo que crea, no se puede huir de lo que está arraigado en la propia existencia, no se puede fingir que el instinto es solo un eco del pasado ni que la razón es suficiente para ignorarlo, hay fuerzas que no pueden separarse, vínculos que trascienden la lógica, impulsos que son tan parte de uno como la sangre que corre por las venas.
Al principio, todo parece claro: las reglas dictan el camino, las decisiones parecen simples, las respuestas son obvias... pero la verdad... la verdad nunca se muestra de inmediato, se esconde en los momentos de duda, en los silencios incómodos, en la lucha entre lo que se cree correcto y lo que realmente se desea.
Y tarde o temprano, llega el momento en que lo aprendido ya no es suficiente.
En que la razón y el instinto dejan de ser enemigos.
En que la pregunta deja de ser "¿qué debo hacer?" para convertirse en "¿qué he sido todo este tiempo?".