Tras la derrota de Cronos y los titanes, los Olímpicos castigaron a todos los que estuvieron en su contra. Calipso, al ser hija del titán Atlas, fue enviada a Ogigia como castigo. A lo largo de los años tuvo que alojar a varios héroes de los cuales se enamoró, pero que finalmente debió dejar ir. Muchos años después de que el último héroe visitara a Calipso, llegó a las orillas de Ogigia una pequeña balsa con una joven mujer dentro. Calipso curó sus heridas y la agasajó con manjares, e inevitablemente terminó enamorada. Sin embargo, la joven heroína debía regresar a cumplir su odisea. Una vez más, con el corazón roto, Calipso entregó una balsa y víveres para que la joven continuara su viaje. Antes de marcharse, la joven heroína tomo a Calipso entre sus brazos y la besó, confensándole que también la amaba y prometiéndole que regresaría una vez su odisea terminará. Calipso le regaló una sonrisa triste y se alejo. -Eso no podrá suceder, nadie puede llegar a Ogigia dos veces. De eso se trata el castigo. Los dioses envían a una persona que nunca puede quedarse. Que nunca puede aceptar la compañía que le ofrezco más allá de un breve período de tiempo. Me envían un héroe del que no puedo evitar... precisamente el tipo de persona del que no puedo evitar enamorarme.All Rights Reserved
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